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Entrevista a Julián Sánchez Martínez, nuevo presidente de Asociación de Empresarios de Juegos Legalizados (EJUVA)

Julián Sánchez Martínez es el nuevo presidente de Asociación de Empresarios de Juegos Legalizados (EJUVA). Desde hace un mes, este empresario está trabajando para conseguir mejoras para el sector del bingo y para crear nuevas tendencias a la hora de pasar un rato de ocio divertido. Es el propietario de La Bolera, en Benetússer, un histórico bingo que acaba de cumplir 35 años. -¿Qué ventajas tiene estar asociado a EJUVA? Tiene muchas, porque nosotros dependemos constantemente de decisiones políticas, de la Administración. Tenemos que estar asociados para poder reivindicar mejoras de nuestro sector. Además, EJUVA pertenece a la Federación de Ocio y Turismo de la Comunitat Valenciana (FOTUR) y eso es otra ventaja añadida. Por ejemplo, la ONCE está continuamente mejorando premios, cambiando los sistemas… nosotros estamos estancados y por eso hay que asociarse, para tener más peso e influencia. -Pero ahora sí que la Generalitat Valenciana ha efectuado unas mejoras fiscales para los bingos… Sí, es cierto que hemos tenido unas mejoras ya que la tasa fiscal ha bajado. Gracias a ello hemos podido aumentar los premios en los bingos. Si hay más dinero en circulación en las salas valencianas hará que haya más gente que venga a echar un rato y así se evitará que los bingos cierren. Ya se han quedado muchos por el camino. Las salas estábamos en la UVI y ahora nos han subido a planta. -¿Habrá más cambios en las salas? Queremos hacer un bingo interconexionado. Esto quiere decir que todas las salas que se adhieran, esperemos que todas, venderán cartones para una misma jugada que se retransmitiré en directo. Los cartones de las salas de la Comunitat Valenciana se jugarán a la vez y se podrán dar premios especiales de hasta 200.000 euros. Y además, un premio ordinario de 3.000 euros por partida, según se convenga. Si logramos poner este reto en marcha en todos los bingos, los premios ordinarios podrían pasar a ser de 6.000 euros. -Como presidente recién estrenado ¿cuáles son sus metas? Conseguir el bingo interconexionado sería una gran satisfacción. Ahora tenemos mucha incertidumbre porque va a aprobarse la normativa de juego online que es nuestra gran competencia. -¿Las páginas de apuestas en Internet también son competencia de los bingos? Son competencia desleal. No cotizan a la Seguridad Social y ese dinero se va a paraísos fiscales. Pero nosotros sí pagamos en España una cantidad importante en impuestos. -¿Van a introducir el bingo online para adaptarse a los nuevos tiempos? El bingo online ha hecho mucho daño al bingo tradicional. Pero es cierto que necesitamos meter jugadores jóvenes en las salas. El sistema se ha quedado antiguo y tenemos que reinventarnos para hacer que la gente se divierta. El bingo es un espacio de ocio como otro.  -¿Cuánta gente vive directamente de los bingos? En el caso de La Bolera, unas 35 personas, más o menos como en cualquier bingo. En la Comunitat Valenciana habrá más de 2.000 personas en plantilla, aparte de las empresas subcontratadas o del sector de la hostelería que va ligado en muchas ocasiones a la actividad binguera. -¿Por qué está tan mal visto que la gente vaya a divertirse al bingo? Es cierto que es un tema tabú. Hay gente que viene a La Bolera y que habla conmigo distendidamente y que luego en la calle ni me saluda. Pero el que asocia el bingo con algo oscuro es que no ha entrado. Cubrimos un espacio de ocio. La gente viene, sola o acompañada, se bebe su café, se toma su bocadillo, juega unos cartones, se lo pasa bien y encima tiene la oportunidad de ganar premios. Es como el tabaco: antes fumar estaba bien visto y ahora el que fuma es un bicho raro. -¿Cuál es el perfil de las personas que van a jugar al bingo? Tenemos clientes de toda la vida que ya son como familia. Tenemos a varias personas mayores, de más de 80 años, que vienen, juegan unos euros y luego sus hijos y nietos las recogen. ¡Tenemos hasta sus teléfonos!

-¿Qué vale un cartón? Sólo vale 1,5 euros y con unos 15 o 20 euros pasas la tarde. Y cuando ya no te diviertes, pues te vas a casa tan tranquilo. ¿Eso rompe la economía de una familia? Hay casos extremos, pero es como todo, en su justa medida no perjudica a nadie. Los excesos siempre son malos.

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