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El arte de la fotografía en la vida cotidiana

Se podría decir que la fotografía no es arte antiguo como otras disciplinas con un historial más amplio a su espalda, dícese de la música o la pintura; sin embargo, la tecnología ha desarrollado habilidades personales que desconocemos, desde que se inventó la fotografía, muchos y muchas han destacado en este cambio aportando trabajos considerados obras de arte a nivel internacional. Aunque la fotografía abarca muchas áreas y podemos encontrar infinitos tipos de fotografía, todas ellas tienen implicación artística, ya que esta actividad es un arte en sí mismo.

La fotografía es un arte y eso es indiscutible. Solo unos pocos saben captar la esencia de las personas, paisajes, objetos, etc. Convertirse en un profesional de la fotografía requiere tiempo, esfuerzo y formación; aunque algunos nacen con el don de captar la magia de cada rincón, sonrisa, color o silueta de manera natural.

La naturaleza del artista y los ámbitos de actuación

¿El artista nace o se hace? Esta ha sido una de las grandes preguntas planteadas para los destacados profesionales del arte. De momento nadie tiene una respuesta clara, ya que la controversia sigue siendo el eje de la cuestión, aunque se tiende hacia un cierto equilibro entre ambas partes. Tanto la parte genética como la ambiental juegan un papel conjunto en el que ambas visiones son necesarias para desarrollar un artista. El esfuerzo y la formación son determinantes para que una persona desarrolle el arte que lleva dentro, lo innato, su esencia artística natural. Pero aunque una persona contenga intrínsecamente estas cualidades innatas, de nada servirá si el ambiente no es el adecuado para su puesta en marcha.

La fotografía tiene una historia relativamente corta, ya que comienza desde la invención de este aparato que tanto ha cambiado con el paso del tiempo. Las técnicas se han ido modernizando hasta día de hoy en el que podemos integrar multitud de métodos, filtros, estrategias para conseguir los resultados deseados.

La fotografía considerada de moda actualmente se desarrolla en distintos ámbitos, desde un manejo cotidiano en el que no se requieren demasiadas técnicas ni efectos, pero la importancia de los enfoques y la profesionalidad es imprescindible, hasta la fotografía más íntima en la que se captan momentos que son difíciles de acceder para cualquier persona, convirtiendo así cada movimiento del fotógrafo en arte en sí mismo. Un ejemplo de este último tipo de fotografía es la que podemos apreciar en los concursantes de los premios Pulitzer. Independientemente del tipo de fotografía que se presente, haya algo que todos tienen en común, todos ellos recibieron una formación de calidad construyendo así una carrera profesional en esta rama.

Esto se debe a que hay competencias que no se pueden aprender por sí solas, ya que las tecnologías están avanzando a paso agigantado, y con ello también lo hacen las técnicas y estrategias en el uso de una cámara de fotografía, así como los programas y aplicaciones que se utilizan para darle la intensidad y el enfoque que el fotógrafo desea proporcionarle a su arte.

Todo tipo de fotografía es arte

No conviene infravalorar unas áreas de la fotografía que se consideran menos valerosas que otras que tienen un mayor reconocimiento social. Por ejemplo, los fotógrafos de bodas tienen el objetivo de perpetuar los recuerdos de personas que quieren compartir el resto de su tiempo juntos en uno de los días más importantes de sus vidas. La calidad de tales fotografías suele ser alta, ya que esas fotos pasarán a la historia para la familia, años después se seguirán rescatando para recuerdo propio o para enseñar a personas allegadas. Por ejemplo, hay un fotógrafo en Valencia llamado Juan Gavira que tiene un amplio historial y experiencia en reportajes de boda. Para él fotografiar a parejas de enamorados es su pasión y eso se refleja en su trabajo.

De modo que, independientemente del tipo de fotografía que se realice, la clave es la pasión con la que el profesional capta cada momento de una manera única. En el caso de un fotógrafo de bodas su función es captar todo lo que los rostros de la pareja reflejan, como por ejemplo sus sueños, expectativas, alegrías, etc.

Tiene la misma pasión quién hace retratos personales que el que busca los lugares más remotos y espectaculares del mundo para fotografiarlos. Independientemente del futuro de esas personas que se han comprometido, el trabajo de un fotógrafo es reflejar ese amor que derrochar el uno por el otro, y que es totalmente apreciable cuando es auténtico y real. Eso es fotografía profesional, el objeto que capta la atención del fotógrafo es secundario, ya que el foco está en cómo el profesional siente lo que está viendo para reflejarlo en su trabajo. El arte de la fotografía seguirá evolucionando, pero para ello necesitamos valorar a esas personas que lo hacen posible.

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