En ocasiones, esto genera en las asignaciones presupuestarias informáticas en las empresas muestren altibajos a lo largo de los años, y que la sensación final sea siempre de que se gasta más de lo que se debería. Pero la solución no está lejos, dado que es posible mantener todo esto bajo control. Entonces ¿cuál es la clave? El secreto está en ocuparse de tener una buena definición y ejecución estratégica.

Para ello hay que empezar por el principio, y en este caso, se trata de definir cómo va a manejar la empresa el área de informática, es decir, su línea estratégica. A continuación, cualquier decisión relevante (y especialmente las decisiones de compra), deben encajar con la concepción estratégica previamente definida. Por ejemplo: no tendría sentido montar una plataforma de servidores virtuales en la empresa, sin tener en cuenta que ello conlleva mayores costes de mantenimiento y que el personal que debe manejar dicha plataforma debe tener una buena cualificación para no tener problemas.

Por poner otro ejemplo, no tendría sentido apostar por el cloud y la externalización de servicios y al mismo tiempo invertir en una plataforma de servidores más grande que la que se tiene actualmente. Cómo en cualquier área, en informática también, las estrategias incoherentes están condenadas al fracaso. Quizá no al principio, pero como una edificio que no tiene cimientos sólidos, al menos temblor de tierra se vendrá abajo provocando esa sensación de desasosiego que muchos ya conocen.

Definitivamente, en este sector, el punto está en encontrar a la persona o a la empresa que te aporte es visión conjunta, mezcla entre visión tecnológica y de negocio. El consejo de cualquier buena empresa de informática con experiencia en desarrollo en gestión de servicios informaticos para pequeñas y medianas empresas, sería que consideren que el pilar de su mantenimiento informatico se basa precisamente en la definición estratégica: en primer lugar debe conocer las distintas líneas estratégicas, focalizando los costes de inversión y servicios informaticos para cada una de las líneas, así como pros y contras, no sólo técnicos, sino funcionales.

Cuando se decide por dónde se quiere ir, se escribe el plan estratégico-informático y se toma cuidado de que tanto técnica como financieramente, todas las decisiones que se ejecuten a partir de entonces, sean coherentes con dicho plan.

Gracias a esta filosofía, muchas pequeñas y medianas empresas españolas han logrado estabilizar los servicios informaticos y minimizar los costes a lo largo de su existencia.

En resumen, el sector no es tan complejo como parece, los servicios informaticos pueden y deben controlarse igual que cualquier otra área de la empresa.

Fuente:NotasdePrensa.es

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