En los últimos meses se ha venido hablando del peligro que implican para las democracias las llamadas «fake news», es decir, noticias falsas creadas con un propósito concreto, que puede ser desde inducir al público a creer o hacerle sentir algo, como puede ser rechazar la inmigración, o que funcionan para motivar para que haga o deje de hacer una actividad en concreto, como puede ser votar o quedarse en casa.

Si bien estas estrategias de propaganda son conocidas y utilizadas por muchos gobiernos, su importancia se ha magnificado por el momento político que se vive, especialmente con desde que Donald Trump llegó a la Casa Blanca y se sospecha de que tuvo apoyo del gobierno ruso para conseguir la presidencia de los Estados Unidos de América.

El Brexit y Cataluña

De este lado del charco, los gobiernos europeos han mostrado su preocupación por la intromisión de la propaganda rusa que logró intoxicar a los votantes británicos de tal manera que consiguió que votaran a favor de dejar la Unión Europea.  En nuestro país, se ha denunciado la intromisión en el proceso de independencia de Cataluña.

La justificación para ambas actividades tiene que ver con el supuesto interés ruso de recuperar la influencia en Europa, después del avance de la Unión a países que antes eran de su órbita y, a nivel militar, ante la colocación de plataformas antimisiles en estos mismos países de mano de la OTAN y de los mismos Estados Unidos.

Cómo detectar las «fake news»

De manera genérica, cuando se vea una noticia llamativa en redes sociales hay que revisar:

• Nombre de la publicación: algunas veces se utilizan nombres parecidos de publicaciones de prestigio para confundir
• Fotografía de la publicación: en ocasiones se incluye una fotografía de un personaje famoso y la noticia apenas tiene relación con esta persona
• Titular de la publicación: para atraer la atención y motivar a la gente a hacer click en la publicación, los titulares son llamativos o generan un interrogante que intriga al lector.

Los falsos followers

No se entendería el alcance de las «fake news» sin la participación de miles de cuentas que se encargan de impulsarlas a través de Retuits o de comentarios laudatorios.  Por lo general, estos perfiles se generan en países de Africa, el Lejano Oriente o Latinoamérica y su actividad se limita a replicar unas publicaciones determinadas o copiar la actividad de un perfil en concreto.

Social media marketing

Se puede pensar que comprar seguidores en Instagram, en Twitter o en cualquier otra red social es algo negativo, pero no siempre es así.  Hay empresas que se encargan de intermediar con miles de influencers online que están dispuestos a apoyar una campaña y que no siempre lo hacen por un pago, sino porque las campañas les resultan relevantes a ellos y a sus followers y fans.

Algunos incuso acaban convirtiéndose en seguidores del perfil de la empresa que los invita a la campaña o puede ser que el anunciante tan sólo quiera comprar likes en Instagram, retuits en Twitter, me gusta en Youtube, etc. para un tema concreto. Esto también puede conseguirse de manera legal y respetando los términos de uso de cada red social.

Detectar los seguidores falsos

Más pronto cae un hablador que un cojo, pero en el mundo virtual a veces no es tan fácil identificar quién está haciendo trampa.  Por eso os damos algunos consejos para detectar a los seguidores falsos:

• Tienen pocos seguidores
• No tienen completa la descripción de su perfil
• Cuando se revisan los seguidores se ve que se siguen unos a otros
• Realizan actividad limitada y sin criterio, ya que igual retuitean algo sobre España, que algo en alemán o en otro idioma
• Al revisar sus publicaciones se ve que unos y otros repiten sus contenidos sin ton ni son
• Se trata de perfiles de personas de Africa, Latinoamérica, Lejano Oriente que no tienen nada que ver con el usuario, ni por nacionalidad, ni por temática.

Esperamos haber aclarado algunas dudas para generar un criterio que ayude a detectar tanto noticias como seguidores falsos, con el fin de recuperar la confianza en internet y las redes sociales.