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Educación Sexual, la asignatura pendiente año tras año

  • Los jóvenes ven pornografía por primera vez a los 12 años según un informe de Save the Children, esto les repercute después en la manera en la que se relacionan con los demás.
  • Fomentar que los jóvenes hablen y comprendan qué es en realidad el sexo, casi desde la infancia, supone evitar delitos o abusos sexuales en el futuro.

Desde que los más jóvenes tienen acceso a la tecnología, comienzan sus contactos con el sexo e incluso con la pornografía. Los datos así lo confirman. Un informe elaborado por Save the Children titulado “Desinformación sexual”, indica que, de media, los jóvenes acceden por primera vez a material pornográfico con 12 años y casi 7 de cada 10 (el 68,2%), lo consumen de forma frecuente. Esto se produce mayoritariamente en la intimidad (93,9%) y mediante sus teléfonos móviles, con los que suelen acceder a contenidos gratuitos online (98,5%), y que suelen estar asociados a la violencia y la desigualdad.

A juicio de Jesús Rodríguez, sexólogo de MYHIXEL, estos datos son alarmantes. Sobre todo, por el impacto que estos hábitos tienen después en la manera en la que entienden, no solo las relaciones sexuales, si no en su forma de socializar con otras personas y su propio desarrollo sexual. “Además, si se tiene en cuenta la poca formación en educación sexual que se imparte en los centros escolares o lo poco o nada que se habla de estos temas en las familias, la situación empeora. Porque así estamos, dejamos todo el contacto con el mundo de la sexualidad a vídeos que se intercambian por Whatsapp o páginas de pornografía”, lamenta.

Los tabúes con los que nos hemos criado y hemos interiorizado los que formamos parte de la población adulta, y la disparidad de opiniones sobre qué deberían tratar los centros respecto a la educación sexual, es el motivo que indica el experto, por el que año tras años ésta se ha convertido en la asignatura pendiente. “Fomentar que los jóvenes hablen y comprendan qué es en realidad el sexo, casi desde la infancia, impacta también en la prevención de delitos o abusos sexuales en el futuro” advierte.

En este sentido, desde MYHIXEL comentan que “para no volver a suspender en esta materia, es necesario atender a una serie de factores cuándo se plantean los mínimos sobre cómo debería abordarse la educación sexual:

  • La educación sexual no es solo la prevención del embarazo o de enfermedades. No es que España haya abandonado la formación en este sentido pero, “en la mayoría de los casos”, esta se reduce a talleres de pocas horas en las que se explica qué son las enfermedades de transmisión sexual, cómo prevenirlas, o cómo evitar embarazos y el uso de anticonceptivos. Esto no es poco y es importante que se de a conocer, pero no es suficiente, porque el sexo es algo más amplio.
  • El autoconocimiento. En general, la educación sexual que recibimos se basa principalmente en las relaciones que mantenemos en pareja. Pero el sexo no solo es cosa de dos. La autoexploración y el autoconocimiento de nuestro propio cuerpo, para que entendamos que es lo que nos es placentero y que no, nuestras preferencias y gustos, son otros de los aspectos que no se deberían dejar pendientes y sobre los que hablar abiertamente.
  • El respeto. Se debe dejar muy clara la idea de que cualquier relación debe basarse en el respeto, tanto a la pareja, como a uno mismo. En ningún caso los jóvenes tienen que quedarse con mensajes del tipo, si no accedo a realizar cualquier acto, no me van a aceptar, o tengo que hacerlo, aunque no me guste porque es lo que hace todo el mundo. Y otro tipo de pensamientos que además fomentan la práctica de relaciones sexuales de riesgo.
  • Fomentar que conozcan que hay recursos a su disposición. La adolescencia y la juventud es una época de la vida ya de por sí complicada, en la que muchos jóvenes se sienten muy perdidos, pero a la vez es típico el comportamiento de y la creencia de que se sabe ya de todo. Por este motivo es de vital importancia que sepan que cuentan con recursos a los que poder acudir cuando necesiten ayuda o cuándo no entiendan algo. Al iniciarnos en el sexo es cuándo nos damos de bruces con problemas que no conocemos, tales como la eyaculación precoz, la anorgasmia y otros problemas del este tipo. En este sentido conocer qué son, entenderlos como algo normal y saber que tienen solución es otra de las necesidades.
  • Prevenir tabúes que fomenten complejos. Todas las generaciones nos hemos criado pensando en qué el sexo es algo de lo que no hay que hablar mucho. Aunque se va avanzando en este aspecto, el problema es cuando la conversación degenera y solo se asocia el sexo a la pornografía. Por este motivo es necesario hablar abiertamente de él y explicar lo que es en realidad. Con ello además aclaramos falsos mitos que tanto mujeres como hombres tienen en este sentido.
  • Implicación de los padres y la familia. La educación sexual no es algo que deba dejarse como responsabilidad propia de los centros escolares. Los padres y la familia deben involucrarse en este sentido. No es algo fácil porque nos hemos criado pensando que el sexo es algo que hay que esconder. Pero si se ofrecen mensajes y valores, que resulten positivos sobre la sexualidad, se están creando los cimientos para que los jóvenes desarrollen una sexualidad sana.

Nunca es demasiado tarde para arreglar los errores del pasado, por ello, desde MYHIXEL proponen que en este curso escolar que comienza “se tomen las riendas para ofrecer a los más jóvenes una educación sexual más completa, basada en la salud, en el bienestar y sobre todo en la felicidad de las personas”.

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