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El ayuno puede convertirse en tu mejor aliado para combatir la depresión

Un simple gesto como ayunar genera múltiples y conocidos beneficios en nuestro organismo, como perder peso o potenciar nuestra fertilidad. Pero, además, esta práctica ancestral de alimentación también puede ayudarnos a reducir los síntomas y los efectos colaterales de la depresión, tal y como explican los expertos de MiAyuno

La depresión, una enfermedad mental tan silenciosa como usual, sigue creciendo en todo el mundo. En España, los últimos datos de 2020 cifran en 2 millones las personas con algún cuadro de depresión, y 230.000 con casos graves. La pandemia además ha empeorado el panorama disparándose los casos hasta un 50%, especialmente entre adolescentes.

 

Frente a los tratamientos con psicofármacos, terapias y como método de apoyo a menudo de forma paralela, la idea de que el ayuno puede ayudar a luchar contra la depresión está probada por varios estudios científicos. De hecho, el 90% de nuestra serotonina corporal, la principal hormona que tiene que ver con nuestra felicidad, se produce y se almacena en el intestino. Por lo que, un ayuno de varios días supervisado por un médico y acompañado por un equipo de profesionales puede prevenir las afecciones psicológicas y ayudar a aliviar algunos síntomas relacionados con el estado de ánimo, así como los desajustes hormonales y emocionales, como la depresión, sobre todo de carácter leve.

 

Por todo ello, un correcto funcionamiento del intestino, así como un correcto equilibrio de la flora intestinal que lo coloniza, es clave para mantener unos niveles óptimos de serotonina y así asegurar un buen estado de ánimo”, explica Damien Carbonnier, experto en ayunos, formador para la Federación Francesa del Ayuno y fundador de Miayuno

 

Ayuno, cerebro y depresión

Nuestro estado de ánimo revierte a menudo en qué y cómo comemos. Si estamos nerviosos o ansiosos, nos podemos refugiar también en la comida para que nos “llene” ese vacío que sentimos. Se le llama hambre emocional y es un desequilibrio como otro. Es por eso, que la depresión y la obesidad comparten irregularidades en producción y funcionamiento de neurotransmisores y hormonas relacionadas que afectan el comportamiento del HPA, eje hipotálamo-pituitario-adrenal.

 

Esta conexión entre el cerebro y las hormonas controla muchas funciones del organismo, incluyendo el trabajo del sistema gastrointestinal, por eso asociamos desequilibrios psicológicos como la depresión con sentimientos físicos y la creencia en la persona de que necesita consumir ciertos alimentos para “sentirse mejor”.

 

Ante todo, dejar de comer de forma controlada y supervisada es una de las maneras de lograr restablecer ese equilibrio perdido y volver a tomar conciencia de las necesidades reales de nutrición y, por tanto, apaciguar ese estado de ánimo alterado.

 

Beneficios psicológicos de un retiro de ayuno supervisado

Los expertos de los retiros de Miayuno aglutinan los beneficios mentales concretos que se pueden sentir al realizar un retiro de ayuno supervisado, como complemento ideal de tratamientos y terapias específicas en personas deprimidas.

 

·         Ayunar para desconectar de esa espiral llamada rutina

Las prisas y el estrés son un factor añadido de tensión, de sentimientos negativos y de sensación de culpa por la incapacidad de encajar en esa rueda que gira sin cesar, sobre todo cuando uno no se encuentra bien. A las personas con depresión les sucede y seguir en esa espiral de malestar sin freno, puede ser un auténtico suplicio. Poder parar de esa presión y encontrar un momento para uno mismo, es lo que un retiro de ayuno puede aportar, porque primero de todo, te fuerza a desconectar de tu rutina.

 

·         Relajarse y redirigir la energía con el ayuno

Una vez que se para, hay que relajarse. El ayuno desencadena esta respuesta natural al estrés en el cuerpo, al igual que lo hace el ejercicio. Además, dejar de comer durante un tiempo limitado permite a nuestro cuerpo tener más energía para alimentar a nuestra mente, ya que no gasta energía en la digestión.

 

  • Ayunar es volver a conectar y mirar hacia dentro

El ayuno lleva a reencontrarse. Desacelerar el ritmo de nuestra rutina nos regala más tiempo para reflexionar, pensar, dormir, leer, o escribir. En definitiva, poner foco en nosotros mismos y disfrutar del privilegio de tener tiempo para observarnos con tranquilidad y paz interior. Un retiro de ayuno permite el silencio, la desconexión y el contacto con la naturaleza. Eso mismo, en casos de depresión está comprobado que ese espacio de conexión con la naturaleza provoca mejoras en los niveles de serotonina y bienestar.

 

  • Ayunar mejora la claridad mental

Se ha relacionado en numerosos estudios científicos la relación del ayuno con “un mayor nivel de vigilancia”, y es que además de mejorar el estado de ánimo, también se logra una mejora evidente de la claridad mental. El ayuno fomenta la utilización de cetonas como combustible en el cerebro. El metabolismo de las cetonas produce muchos menos radicales libres, o especies de oxígeno reactivo, las cuales al acumularse dañan el funcionamiento de las células, en este caso las neuronas.

 

Así que, con menos daño celular, la energía a disposición del cerebro durante el ayuno una vez pasados de 3 a 4 días, es mayor de la que dispone habitualmente. Y, por tanto, un cerebro con más energía es un cerebro más eficiente, y un cerebro más eficiente encuentra con mayor facilidad soluciones a posibles problemas a los cuales se enfrenta una persona.

 

  • Ralentizar el envejecimiento del cerebro ayunando

Como adultos todavía podemos regenerarnos y generar nuevas células cerebrales, y el ayuno es motor de fuerza para lograrlo, debido a la autofagia y a la creación de cuerpos cetogénicos es posible que nuestro cuerpo pueda crear células nuevas eficientes que destruyan las viejas ineficientes.

 

  • Aumentar con el ayuno los niveles del Factor Neurotrófico Derivado del Cerebro (FNDC)

El Factor Neurotrófico Derivado del Cerebro es una proteína crucial para las habilidades cognitivas. Su deficiencia está asociada con muchas formas de desórdenes mentales, y el aumento en su producción por el contrario se relaciona con mucho mejor funcionamiento cerebral, incluyendo reducción de la depresión.

 

Estos niveles también aumentan con el ejercicio, por eso decimos siempre que es muy importante que el ayuno vaya siempre acompañado de actividad física, porque mejora el rendimiento aeróbico muscular y favorece una mejor oxigenación de los tejidos. Y además, ayuda a las fibras musculares a producir más energía y se mejora así el estado de ánimo en general.

 

Porque un buen ayuno supervisado afecta de manera positiva a nuestro sistema digestivo “el segundo cerebro”, elemento vital para fomentar tanto los niveles de producción de serotonina que nos permitirá aumentar nuestro bienestar y equilibrio interior, así como paliar los efectos secundarios de los tratamientos habituales contra la depresión y mejorar sus síntomas.

 

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