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Patrimonio familiar: la necesidad de restaurar los legados

El patrimonio familiar es una parte vital de la herencia cultural e histórica que se transmite de generación en generación y que, en muchas ocasiones, no solo tiene relevancia para quienes la custodiarán sino para la sociedad en general. 

Las obras de arte dentro de las colecciones privadas son valiosas reliquias familiares que pueden proporcionar información sobre la vida y las creencias de nuestros antepasados, siendo una fuente inagotable de información necesaria para crear el relato del pasado. 

Sin embargo, con el tiempo, estas obras de arte pueden deteriorarse, perdiendo su condición original y su significado cultural si no se restauran a tiempo, siendo la apuesta por esta disciplina clave para salvar, revalorizar y conservar el patrimonio familiar artístico. 

Una herencia de interés general

Las obras de arte son valiosas fuentes de información y testigo de las vidas, costumbres, creencias y prácticas culturales de los antepasados. 

Pese a que las Administraciones Públicas hacen esfuerzos por conservar y hacerse con las más valiosas para disfrute de toda la sociedad, a menudo forman parte de una colección privada familiar que se transmite de generación en generación. 

En ese caso, son ellos los responsables de planificar actuaciones en las piezas llegado el momento. “La restauración de arte ayuda a mantener el estado original, evitando un mayor deterioro y pérdida de significado cultural. Por ejemplo, un retrato familiar puede ayudar a preservar la imagen de un antepasado lejano y proporcionar información sobre su estatus social, moda y prácticas culturales. La restauración de escultura policromada permite ver cómo se realizó, siglos atrás, el planteamiento cromático de pequeñas piezas que, de no cuidarse, llegarán como ha pasado en Atenas, siglos después, sin color” explica Aurora Arroyo.

Esta disciplina requiere conocimientos y experiencia especializados, lo que dificulta que las familias restauren obras de arte por sí mismas sino que pongan las piezas más valiosas en manos de profesionales. Mientras que instituciones como museos y galerías de arte tienen los recursos para invertir en ello, su compromiso con el arte hace posible que las familias preserven su patrimonio artístico. 

“La colaboración entre familias e instituciones puede garantizar la preservación e incluso exposición de las obras de arte en beneficio del público. No es raro que muchos herederos terminen por donar una obra de arte a un museo para su restauración y exhibición pública, asegurando su preservación y accesibilidad para las generaciones futuras y evitando que ésta quede en el olvido” concluye.

Abordar esta colaboración desde la esfera pública supone, también, un esfuerzo de sensibilización social para que se valore de forma correcta el legado cultural e histórico y se preserve para beneficio de la sociedad actual y futura.

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