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EL AYUNO INTERMITENTE PUEDE PROVOCAR DÉFICITS NUTRICIONALES Y ALTERAR EL ÁNIMO

Si antes irse a la cama sin cenar suponía un castigo, ahora es la nueva moda para adelgazar o “la nueva religión”, como indica la doctora Marisa Navarro, doctora en medicina, psicoterapeuta y autora del libro “La alimentación emocional”.

Las redes sociales están repletas de expertos y gurús del ayuno, que aconsejan como realizarlo: hay quien recomienda doce, catorce o dieciséis horas de ayuno para concentrar la alimentación en el resto del día; otros, en cambio, se decantan por hacer ayunos de veinticuatro horas o en determinados días de la semana.

Practicar el ayuno intermitente trae consigo una pérdida de peso como consecuencia de reducir la ingesta de alimentos. También se relaciona con una disminución de las enfermedades cardiovasculares, potenciación del sistema inmune o de la flora intestinal. No obstante, los estudios sobre los beneficios que se supone que aporta son muy recientes y no están tan claros.

Pero como indica la doctora Marisa Navarro “la mayor parte de las personas que lo adoptan lo suelen abandonar en poco tiempo porque es difícil de llevar con nuestro ritmo de vida y costumbres. Además, muchas de ellas lo practican sin haber consultado antes si pueden o no hacerlo y lo único que hacen es dedicarse a saltarse comidas, y así unos se saltan la cena, otros la cena y el desayuno, realizando solo una comida al día, la del mediodía. Esta forma de alimentarse, para la mayor parte de los que llevan una vida activa de trabajo, no es saludable”. Marisa Navarro insiste en que “si te adhieres al ayuno intermitente, una de las cosas que se tiene que tener en cuenta es que, mientras se hace, se pueda llevar una vida muy tranquila”.

Sin embargo, la doctora destaca que generalmente las personas que practican este tipo de dieta no llegan a cubrir todas sus necesidades nutricionales. Para que esto no se produzca habría que planificar esas comidas muy minuciosamente, y si bien algunos practicantes pueden ser muy concienzudos en ello, no ocurre con la mayoría que, casi con seguridad, no llegan a completar todos sus requerimientos nutricionales.

Las personas que realizan el ayuno intermitente preconizan que tiene muchos beneficios para el organismo, pero la realidad es que la mayor parte lo adoptan sin orden ni concierto, y lo hacen porque quieren perder peso o mantenerse muy delgadas. Otras comentan que además les simplifica la vida saltarse comidas. Pero este tipo de dieta no está hecha para todo el mundo. Lo primero que se suele notar cuando lo practica es que afecta al estado de ánimo, ya que la alimentación lo mejora o empeora. “Comer aquello que nos gusta y nos sienta bien nos levanta el ánimo, mientras que no comer nos puede poner de mal humor, muy irritables, tristes y decaídos”, matiza la doctora Marisa Navarro. La irritabilidad, el mal humor y la ansiedad son síntomas de tener los niveles de glucosa bajos en sangre.

El ayuno intermitente puede llegar a ser muy peligroso si no se supervisa por un especialista. Y esto se debe principalmente a los déficits nutricionales que puede producir, ya que después de tantas horas sin comer, lo más normal es que la persona engulla cualquier alimento con ansiedad, pudiendo inclinarse por alimentos ricos en calorías, pero pobres en nutrientes.

Ante esto, la doctora Marisa Navarro indica que las personas en las que está totalmente contraindicado practicar el ayuno intermitente son jóvenes en pleno desarrollo físico y mental, personas mayores que necesitan unos requerimientos nutricionales muy concretos, personas diabéticas, personas con insuficiencia renal, aquellas con tensión arterial baja, embarazadas, madres lactantes y aquellas que padezcan cualquier tipo de enfermedad y se estén medicando.

Además, una de las consecuencias acarreadas por el ayuno intermitente, entre otras, son una mayor tendencia a los atracones, con el consecuente sentimiento de culpabilidad, y restricción de la ingesta posterior para compensar, “y así se puede entrar en una dinámica terrible y muy peligrosa para la salud, de atracones y ayuno, más atracones y más ayuno”, indica Marisa Navarro. Asimismo, tienen que tener especial cuidado aquellas personas con trastornos emocionales, psicológicos o alguna enfermedad mental, -ansiedad, depresiones, trastornos obsesivos compulsivos o trastorno bipolar-, ya que el ayuno intermitente, al poder alterar el estado de ánimo y el humor, puede agravar la sintomatología de cualquiera de ellas.

Otro punto a tener en cuenta son para las personas que padecen trastornos del sueño, por lo que el ayuno intermitente estaría desaconsejado, ya que provoca alteraciones del sueño -insomnio por la ansiedad provocada por no haber comido durante horas, despertares tempranos por hipoglucemias o los micro despertares por la falta de hierro en los glóbulos rojos y de esta forma la mala oxigenación de los tejidos-.

No obstante, ante esta moda alimentaria, la doctora Marisa Navarro aconseja que “si optas por este tipo de alimentación, hazlo siempre de la mano de un especialista que estudie tu caso, si puedes o no hacerlo y de qué forma. Nunca lo hagas por tu cuenta o por recomendaciones de otras personas. Nuestra salud es algo muy delicado que debes cuidar con atención y mimo, y no te la puedes jugar por lo que está de moda”.

 

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