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Los turrones españoles conquistan el mundo

La tradición de turrones en España es una de las más arraigadas y emblemáticas de la gastronomía española, especialmente durante la época navideña. Este delicioso y dulce manjar ha sido parte integral de las celebraciones durante siglos, y su elaboración artesanal y diversidad de sabores lo convierten en un símbolo de la temporada festiva en el país.

Este dulce es reconocido en todo el mundo por su exquisito sabor y calidad inigualable, ha conquistado paladares de todas partes, convirtiéndose en una delicia apreciada por todos aquellos que buscan disfrutar de un auténtico manjar.

Al ser consumido durante unos pocos meses, algunos negocios adaptan su oferta gastronómica según la temporada, ofreciendo heladería y turrones para verano o invierno, según corresponda. Esta práctica refleja la versatilidad de los productos locales y la capacidad de los comerciantes para satisfacer las demandas cambiantes de los consumidores a lo largo del año. Durante los meses más fríos, las tiendas y mercados se llenan de una amplia variedad de tradicionales y modernos turrones, mientras que en el verano los helados artesanales y refrescantes se convierten en los favoritos de los clientes. Esta estrategia comercial permite a los negocios aprovechar al máximo las estaciones y ofrecer productos estacionales que atraigan a los consumidores y se adapten a sus preferencias estacionales.

De Jijona a Alicante: turrones españoles, tradición y calidad

El turrón, cuyo nombre deriva del vocablo árabe «turun» que significa «mezcla», tiene sus raíces en la cultura árabe y fue introducido al país durante la época de la dominación musulmana en la península ibérica. Originalmente, se elaboraba con miel, almendras y especias, y su popularidad se extendió rápidamente entre la población.

En La Marconia, comentan: “Hoy en día, el turrón se elabora en una amplia variedad de sabores y texturas, pero los dos tipos más populares son el de Jijona y el de Alicante”. 

El de Jijona, también conocido como turrón blando, se elabora con almendras molidas, miel, azúcar y clara de huevo, y se caracteriza por su textura suave y cremosa. Por otro lado, el de Alicante, o turrón duro, se elabora con almendras enteras tostadas, miel y clara de huevo, y se distingue por su textura crujiente y consistente.

Además de estos dos tipos clásicos, existen numerosas variaciones regionales y modernas que incorporan ingredientes como chocolate, frutas confitadas, frutos secos y licores, entre otros. Estas variedades reflejan la diversidad culinaria y ofrecen opciones para todos los gustos y preferencias.

La elaboración es un proceso meticuloso que requiere habilidad y experiencia para lograr el equilibrio perfecto de sabores y texturas. En las ciudades y pueblos de toda España, hay maestros turroneros que siguen utilizando métodos antiguos de producción para elaborar turrones de alta calidad de forma artesanal. Estos artesanos trabajan con ingredientes frescos y de primera calidad, y siguen recetas tradicionales para garantizar la autenticidad y el sabor característico.

Durante las celebraciones, es común compartirlos con familiares y amigos mientras se disfruta de la compañía y se rememoran momentos especiales. Este gesto de generosidad y cariño es parte integral de la experiencia navideña en España y contribuye a fortalecer los lazos familiares y comunitarios.

La costumbre de turrones en el país es una parte fundamental de la cultura gastronómica. Con sus raíces históricas, variedad de sabores y técnicas de elaboración artesanal, el turrón es un símbolo de celebración, convivencia y legado que se ha transmitido de generación en generación.

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