La industria textil es una de las que más calado tiene en nuestro país. Tan sólo en 2023 incrementó su facturación en un 3.4% hasta llegar a 11.000 millones de euros anuales. Sin embargo, aún está lejos de las cifras previas.

Pero, ¿es sólo una cuestión de recuperación o es que hay algo más detrás de la nueva forma de entender el textil?

En realidad, puede que haya más de lo segundo de lo que a priori se puede ver en las cifras. El consumidor es, cada vez, más consciente de la necesidad de apostar por productos y políticas textiles que aporten algo más que solo la prenda en sí.

Moda ética y sostenible, una tendencia en alza

Aportar valor con la ropa es toda una lección y declaración de intenciones.

Es algo que tienen claro empresas como La Pixavina, que desde Castellón apuesta por darle un carácter solidario a la marca donando parte de sus beneficios a proyectos solidarios e incluso a proyectos como el apadrinamiento de menores en Guinea.

Cuando en España, la educación es un derecho fundamental que nadie cuestiona, y los padres tienen la obligación de escolarizar a sus hijos, en Guinea es un privilegio que muy pocos pueden permitirse, ya que la pobreza y el hambre obligan a que los niños colaboren en el sostenimiento de la familia desde muy temprana edad. Sólo los más privilegiados pueden acceder a la educación. Colaborar de manera directa en el mantenimiento de la escuela y aumentar el número de apadrinamientos es básico. 

“No se trata sólo de mirar hacia fuera. Nuestras totebags son buena muestra de ello. Son confeccionadas por personas en riesgo de exclusión social, mujeres de un barrio afectado por la droga y que gracias a la costura consiguen una salida. Nuestra intención es también incluir en la producción a personas con daño cerebral adquirido para su inclusión en el mercado laboral” explican sus responsables.

Además, para los diseños de sus camisetas, sudaderas y totebags apuestan por artistas nóveles que buscan la oportunidad de ir creando su propia marca, estilo y visibilidad y con otros que, ya consagrados, quieren colaborar con los proyectos solidarios que tienen en marcha.