Los efectos en la economía derivados de la crisis sociosanitaria del coronavirus aún se mantienen y son especialmente notables en aquellos sectores que hace dos años, antes de iniciarse la pandemia, ya acusaban deficiencias. En el caso de la vivienda en alquiler, el mido al impago y la indefensión jurídica han llevado a muchos propietarios a buscar fórmulas que les permitan garantizar el cobro de sus rentas para evitar situaciones límite. En cuanto los inquilinos, encuentran en este tipo de garantías una fórmula para acreditar su buena predisposición a alquilar sin tener que desembolsar fianzas adicionales ni dilatarse en procesos de selección. En este contexto, la startup Avalisto ha consolidado su apuesta por la tecnología como herramienta indispensable para hacer más eficientes las relaciones entre ambas partes. El año 2021 ha supuesto para la insurtech triplicar en volumen de primas los resultados cosechados durante 2020, año en que salió al mercado su plataforma de admisión de inquilinos. Estos resultados suponen cerca de 12 millones de euros en rentas protegidas. Raúl Pérez Acebo, presidente ejecutivo de Avalisto, explica que hace un par de años este tipo de garantías eran conocidas, pero apenas se estaban distribuyendo de acuerdo con los estándares tecnológicos que se