Verano, esa época en la que apetece hacerlo todo al aire libre. Comer, pasear, disfrutar de los espacios naturales y también, por qué no, fuera de las horas de calor más intenso, hacer deporte. Aunque las bicicletas han sido tradicionalmente uno de los complementos más clásicos de estos meses, también es el momento perfecto para quienes deciden tomarlas sin previo aviso. Así que no hay ejemplar que se preste que no salga ya con un sistema antirrobo bicicletas.

Para conseguir frenar la intención de cualquier amigo de lo ajeno hay que pensar en cuáles son los puntos débiles, como en todo.

La gran oferta de bicicletas que hoy ruedan por las calles y caminos españoles hacen que haya proliferado un tipo de mercado alternativo en el que buscan sacar un dinero extra aunque sea despiezando una de ellas.

El sistema antirrobo bicicletas basado en un GPS puede ser la mejor opción ya que podría rastrear incluso la ruta que está siguiendo el ladrón, quien sabe perfectamente qué tipo de bicis son las más valoradas y que mejor y más rápido se venden.

Las de altas prestaciones, con elevados precios de venta, obviamente son las más revendidas.

Pero, ¿Cuáles son los sistemas más sencillos de burlar? Según han contado en ocasiones, cualquier cosa relacionada con cadenas es lo más rápido de romper con una buena herramienta cortaalambre. Aunque parezca que son duros, ya existen incluso en cualquier tienda de bricolaje piezas que son incluso plegables para llevarlas en una mochila.

Aunque los candados de horquilla en las ruedas pueden ser una de las opciones válidas, la llegada de la tecnología a este tipo de sistemas para evitar hurtos ha revolucionado incluso la forma de pensar en ello. Los registros de bicis que algunos ayuntamientos llevan a cabo también facilitan la labor para luego poder encontrar las robadas, pero lo cierto es que los números de serie, en muchos casos, son fácilmente burlables.