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Cómo enfrentarse a un concurso de acreedores y superarlo con éxito

La crisis económica provocada por el coronavirus está afectando gravemente a empresas y autónomos de nuestro país. La pandemia ha provocado que el 40% de las empresas españolas se hayan visto obligadas a cerrar temporalmente, otro 50% han visto alterado la normalidad de sus servicios y tan solo el 10% ha continuado con su operativa habitual.

En pleno proceso de desescalada, parece a que todo apunta a un leve repunte en la economía, a lo que los expertos de Dipcom Corporate, consultoría especialista en la intervención ejecutiva en momentos de crisis, señalan que “no hay que confundir reactivación de los propios negocios con la recuperación”. Y es el panorama empresarial es descorazonador: tres de cada diez compañías españolas están en pérdidas, mientras que los autónomos prevén que su facturación se reduzca a la mitad en 2020, frente a sus cifras de 2019.

Igor Ochoa, CEO de Dipcom Corporate, destaca que “los preconcursos se multiplicarán por cuatro y los concursos se incrementarán en un 50% durante el 2020. La solicitud de concursos, aunque va a incrementarse, se va a ver frenada gracias al Real Decreto-ley 16/2020, de 28 de abril en el que el Gobierno introduce una serie de cambios para hacer frente a la crisis del coronavirus”.

Ochoa explica que de todas estas variaciones la más importante afecta al plazo que se ha dado a todos los deudores hasta el 31 de diciembre para presentar el concurso. En este sentido, el CEO de Dipcom puntualiza que “cuando finalice el año es cuando se producirá la ‘gran oleada’ de concursos, es decir, a comienzos de 2021. Será en ese momento cuando se puedan superar los 20.000, casi cuatro veces y media más que los que hubo en 2019, el año antes de la pandemia donde la cifra se situó en los 4.464”.

Sin embargo, los preconcursos, apuntan desde Dipcom Corporate, ya se están disparando en 2020, por ser una ‘arma legal’ mucho más económica y con menos complicaciones para el empresario; además de por el coste más reducido y la no obligación de nombrar administrador concursal, lo que facilita la labor de gestión al empresario.

Pero ¿cómo afrontar un concurso de acreedores y superarlo con éxito? La Ley Concursal, que lleva en vigor desde 2003 y a la que se le han aplicado más de 30 revisiones, establece un procedimiento a través del que el deudor que no tiene suficiente liquidez para hacer frente a las deudas pendientes busca liquidar todas esas deudas de forma definitiva o, por el contrario, conseguir un plan de pagos que sea viable. Se designa un administrador que guiará el proceso, con el fin de asegurar que ningún acreedor resulte beneficiado en detrimento de otro.

Todo concurso puede ser solicitado voluntariamente la empresa o el autónomo al darse cuenta de que está en una situación de insolvencia actual o inminente; o bien, la otra opción es el concurso forzoso, que se produce cuando los propios acreedores ponen en marcha el proceso con el fin de cobrar la deuda pendiente.

Lo cierto es que desde Dipcom Corporate señalan que para que salir de un concurso de acreedores, las empresas deben solicitarlo lo antes posible (cuanto antes se aborde la situación de insolvencia, mayores son las posibilidades de salir con éxito de él), así como tener claro que deben de procurar la ayuda de un equipo multidisciplinar que gestione el proceso desde el punto de vista financiero y legal (economistas y abogados). El equipo con el que se decida colaborar debe tener no solo la capacidad de desarrollar un plan de viabilidad, sino también ponerlo en marcha y gestionarlopara reconducir la situación.

Todo esto para no formar parte de unas estadísticas aplastantes: nueve de cada diez empresas que se declaran en concurso de acreedores terminan en liquidación, algo que explica la reticencia de empresas y autónomos a decantarse por esta herramienta pensada para superar momentos de crisis.

“Incluso en ese momento no tiene porqué ser el final. Si se ha hecho un buen trabajo durante el concurso de acreedores, podría salvarse el negocio, con la compra de la unidad productiva. Muchas empresas resucitan después de la liquidación. De ahí la importancia de contar con un buen equipo de expertos que te guíen, asesoren y te asistan en todo el proceso concursal”, explica Igor Ochoa.

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