Una pequeña empresa que introduce un sistema de lavado de hortalizas, una cooperativa que promueve nuevas líneas de envasado, una almazara o una bodega que crean una sala de catas son tres arquetipos de los 1.415 proyectos de desarrollo rural impulsados por la conselleria de Agricultura, Pesca, Alimentación y Agua, entre 2008 y 2011, en el marco de la estrategia Ruralter. Estas iniciativas, tanto de carácter público como privado, han recibido una financiación de 97 millones de euros por parte de la conselleria, que en numerosos casos ha llegado a sufragar la totalidad de su importe. De este modo, ha sido posible generar una inversión de 156,5 millones de euros. Uno de los objetivos prioritarios consiste en potenciar la actividad productiva asociada al sector agroalimentario y el tejido empresarial del medio rural. En este sentido, los proyectos puestos en práctica por parte de cooperativas agrícolas y pequeñas y medianas empresas han sido 366, que con una inversión de 52,5 millones de euros representan la partida más significativa de la inversión realizada. De este modo, se han respaldado propuestas relacionadas con la introducción de tecnología, maquinaria nueva o de sistemas de procesado de frutas y hortalizas, ahorro energético, ampliación, modernización y traslado de